(Ofrenda a Bécquer)
Mientras los hilos hipócritas de la luz no alcancen el abismo,
mientras las nubes sean negras y lloren sangre,
mientras el viento en su gemido arrastre la putrefacción del ser,
mientras las lágrimas sean frías
¡Habrá Poesía!
Mientras el alma se sienta abatida en un cuerpo enfermo y putrefacto,
mientras la existencia revuelque en cenizas sus heridas,
mientras el corazón jadeante encuentre belleza en lo marchito,
mientras la ilusión se lamente
¡Habrá Poesía!
Mientras el crepúsculo sea un lecho para el dolor,
mientras los ojos llenos de tristeza se aferren a la agonía,
mientras los besos perdidos se manchen con hiel,
mientras el olvido empolve los sentimientos
¡Habrá Poesía!
Mientras las flores acaricien con sus espinas los labios de una tumba,
y la muerte con delicadeza junte lo que la vida separó,
mientras gusanos y recuerdos acompañen al solitario ataúd,
mientras el funeral sea una recompensa
¡Habrá Poesía!