VENENO

Sobre mi frío ataúd
escucho tu llegada, 
unas lágrimas resbalan 
por mi pálida mejilla, 
siento tus abrazos, 
siento tu tristeza, 
deseaba verte, aunque no de esa forma, 
gracias por venir a este mi funeral, 
te escucho, 
te veo, 
tan bella como la primera vez, 
pero ahora es la última, 
me llevo tu sangre: 
tan dulce como el vino, 
y tan amarga 
como el veneno que me tiene aquí.