LA MUERTE HA MARTILLADO SU MIRADA

La muerte ha martillado su mirada
sobre sus propios hijos,
hundiéndolos en charcos
donde los poetas vomitan sus suspiros,
vestida de solterona regia
pesca amantes que ya nada pueden ofrecerle,
en épocas de apareamiento
se monta sobre las tumbas más altas
para llevar la navidad hasta los huérfanos esqueletos,
sus senos tienen la proporción de mi desdicha,
sus palabras: el lívido destello
que conduce a las cantinas
donde cada alma busca prostituirse.