INTROSPECCIÓN

 
Siento como la Muerte me abraza
el corazón que es sangrante gemido
como una ofrenda a todo lo perdido,
su beso en mi boca es rígida tenaza.
 
Anhelo subirme a la fúnebre barcaza
y triste beber en las aguas del olvido,
triste por la desgracia de haber nacido
condenado a portar una frágil coraza.
 
Maldigo la vida con espinas y flores
sobre un sendero que yace marchito,
almas muertas me brindan sus olores.
 
Navaja, veneno y cuerda: mi infinito.
para calmar por siempre estos dolores
y sangrar libre si arrepentirme del delito.